Mantener tu coche a punto es la mejor manera de hacer que su vida
útil se alargue todo lo posible. Con las revisiones puntuales lo que
hacemos es un mantenimiento preventivo: no esperamos a que el aceite
haya perdido todas sus cualidades, a que esté tan sucio que dañe el
motor, a que se pierda todo y fundamos el bloque de motor; nos
aseguramos de que las suspensiones estén en su mejor momento;
comprobamos que los frenos nos ayudarán a detenernos con seguridad
muchos kilómetros más, que los neumáticos tienen vida por delante y ningún síntoma de fatiga.
Es importante, sobre todo, no perderse ninguna revisión (quizás es lo
más importante) porque es la mejor forma de mantener un control
periódico del estado del vehículo, y también una manera de tener el
historial del mismo al día, de forma que cualquier avería que pueda
producirse tiene por detrás el respaldo de ese histórico, que sin duda
puede ayudar en su diagnóstico o en su reparación.
Las revisiones
del coche son una inversión en seguridad. Son chequeos necesarios que,
lógicamente, hemos de pagar, pero con los que evitamos un fallo
generalizado mucho más grave y mucho más caro. Además, circularemos con
mayor seguridad y más tranquilos, y eso es algo muy beneficioso .
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